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    UN LARGO VIAJE A TRAVÉS DEL REVUELTO SIGLO XX, del Brigadista Internacional Austríaco Gerhard Hoffmann – 14. EMIGRACIÓN

    El autor narra las experiencias como emigrante austriaco en Brno (Checoslovaquia) durante la persecución nazi y la Guerra Civil Española. Allí sigue de forma precaria las consignas del partido comunista checo. Y prepara el salto a España.

    Emigración y exilio son dos cosas distintas. La emigración es definitiva mientras que el exilio sólo dura hasta que se puede recuperar la patria. Según esto yo hubiese debido ser considerado exiliado pero atendiendo a que el propio nombre de Austria había sido borrado del mapa era difícil imaginar su renacimiento. De todas formas, emigración me sonaba a un alojamiento mohoso, vida provisional, miseria y estrechez. No me equivocaba ya que, a pesar de los esfuerzos solidarios de los amigos checos, los emigrados éramos unos pobres diablos. Fui admitido en la colectividad de emigrantes de Brno donde encontré a unos quince alemanes que llevaban viviendo allí varios años, huyendo de la persecución nazi. Treinta años después volví a ver la casa del barrio bajo de la ciudad donde los quince nos apiñábamos en las tres habitaciones del apartamento; seguía ofreciendo el mismo aspecto desolado de entonces. Las familias checas antifascistas nos ofrecían una comida diaria, alternándose entre ellas; aunque se esforzaban para que no lo tomáramos como una limosna resultaba bastante humillante.

    Migrantes En Brno (Checolosvaquia). Generada por IA.

    Desde que salí de mi casa paterna a los diecisiete años, había adquirido las más variadas experiencias pero no bastaban para evitar situaciones desagradables. Los quince integrantes del colectivo hicimos caja común en la que cada uno entregaba todo su dinero; yo vendí mis vestidos para comprarme algo de comida adicional. Entonces el partido me puso un vigilante, un compañero tirolés llamado Jan G., un buen muchacho con las mejores intenciones que se tomaba muy en serio su cometido. Tiempo después nos encontramos en el frente del Ebro, en los campos de Francia, al regresar de la guerra e, incluso cuando ambos peinábamos canas, siguió albergando dudas sobre mí. No puedo dejar de contar el comportamiento ejemplar de este fiel comunista infalible: durante la ocupación alemana siendo el responsable del trabajo antinazi en Lyon, distribuyó material entre los soldados de la Wehrmacht, fue apresado por la Feldgendarmerie, escapó y volvió a su trabajo clandestino. Hace varios años que murió solitario en su casa de un pueblo de la Baja Austria. Jamás dudó de la integridad del partido.

    Destrozos de los bombardeos en Brno en 1944

    Los meses que pasé en Brno no fueron muy gloriosos. A pesar de mis convicciones políticas yo era producto de una educación burguesa con todo lo que conlleva. En abril llegó la mujer de mi hermano con mi sobrino, el pequeño Peter, y se instaló en un apartamento barato. Yo empecé a dar clases de español sobrevalorando mis conocimientos que no excedían de un nivel muy básico. Mis pobres discípulos pronto “no tuvieron tiempo” para las clases.

    Desde España llegaban malas noticias. Teruel cambió varias veces de mano, en enero fue ocupada por las tropas franquistas que siguieron su avance logrando desencadenar, en marzo de 1938, un retroceso masivo de las tropas republicanas, dejando a miles de soldados cautivos de los franquistas, entre ellos muchos internacionales. En la caótica retirada se encontraba André Marty[1], pistola en mano, implorando, amenazando y empujando a los soldados despistados hasta que logró convencer a algunos y, poco a poco, se detuvo la retirada y la mayoría de hombres logró cruzar el Ebro, salvándose. Pero las avanzadillas de Franco tomaron Vinaroz, aislando así la zona sur de Cataluña.

    Precisamente en este momento tan crítico, en Moscú se desarrollaba el proceso contra Nikolai Bucharin y sus compañeros. Es posible que en el mismo momento que André Marty conseguía detener la retirada del ejército republicano, el viejo bolchevique Bucharin cayera abatido por las balas del piquete de ejecución en Moscú. No sería el último proceso contra supuestos enemigos del socialismo. Mientras, a dos mil kilómetros de distancia, yo estaba viviendo un extraño verano bajo la amenaza alemana hacia la república checoeslovaca.

    Participaba en las manifestaciones anti alemanas de los checos que se oponían al partido alemán de Henlein, el paladín de Hitler, cantando el himno checo. No cabía duda de que el pueblo checo estaba dispuesto a defenderse. Faltaban cuatro meses para la Conferencia de Munich en la cual Chamberlain y Daladier entregarían el país a Hitler.

    El 3 de mayo de 1938 volvieron a encontrase Hitler y Mussolini y el primero ofreció a su futuro aliado la renuncia al Tirol del sur, de etnia alemana, eliminando así el último obstáculo para la futura alianza, acordando su nueva estrategia.

    Día tras día insistía para que el partido me facilitara la salida a España y a cada una de mis instancias se me respondía “pronto”, que era cuestión de días. Quizá la dirección dudaba a causa de la situación desesperada de los nuestros después de la retirada de Aragón, que amenazaba con quebrar la resistencia republicana. Pero el ejército popular se recuperó rápidamente; el 11 de mayo fueron nombrados los nuevos mandos del XV Cuerpo del ejército republicano reorganizado: Modesto, Líster, El Campesino, Tagüeña, López Iglesias y Sánchez Rodríguez fueron designados tenientes coroneles de las reconstituidas unidades del ejército popular, preparando la gran ofensiva del Ebro.

    Momento desesperado para La República (Aragón, 1938). Generada por IA

    Era un momento extremadamente crítico para la República pero Hemingway, que estaba con las tropas republicanas, escribe que “la moral de los republicanos no está quebrada y se sigue luchando”. En los archivos del ministerio de la guerra puede leerse que “los rojos han mantenido su voluntad de resistir”. La situación internacional ofrecía la oportunidad de que las democracias occidentales se aliasen con la Unión Soviética para contener la agresión de la Alemania hitleriana. En abril de 1938 podía cambiar el curso de la historia. A finales de junio, por fin, el partido me dio permiso para salir a España.


    [1] André Marty. (Perpiñán 1886-Catllar de Conflent 1955). Dirigente comunista francés que participó en la Guerra Civil Española desde agosto de 1936. Participó en la organización de las Brigadas Internacionales siendo nombrado inspector general y como máximo responsable de formación en su base de Albacete.

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    UN LARGO VIAJE A TRAVÉS DEL REVUELTO SIGLO XX, del Brigadista Internacional Austríaco Gerhard Hoffmann. ‍7 – DE NUEVO DE LA ESCUELA AL PRESIDIO

    El autor refleja la lucha política y personal en el contexto de guerra y represión a sus 20 años. Narra el seguimiento de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española y su encarcelamiento en Stein (Austria) donde convive con diversos presos con hambre y falta de intimidad.

    En julio de 1936 nos llegaron las primeras noticias del levantamiento militar en España. En la lejana Austria, bajo un régimen católico fascista, no nos cabía duda alguna de que en España se enfrentaban las mismas fuerzas. Por un lado, el pueblo trabajador defendiendo sus libertades y, por otro, los mismos a los que combatíamos en  nuestro país: los capitalistas, la iglesia católica y las fuerzas reaccionarias. Desde el principio del conflicto seguimos el vaivén de los combates, vibrando con las victorias de las milicias en Madrid y Barcelona, donde jóvenes como nosotros estaban arriesgando sus vidas. Su sacrificio y entusiasmo nos eran muy familiares. En todo el mundo se alzó una ola de simpatía hacia la España republicana y sus defensores.

    Sé que todo no fue armonía en la España en guerra, había muchas rivalidades entre los diferentes grupos que defendían la República, pero en aquellos primeros días los celos se escondían bajo el común deseo de aplastar la revuelta militar, presentándosenos una República unida defendiéndose de los generales golpistas.

    Giraba el dial de la radio poco potente que tenía hasta captar radio Barcelona; sería una emisora del POUM[1] que emitía canciones revolucionarias y relataba los movimientos de los frentes. Me procuré Mil palabras de español progresando rápidamente en el idioma gracias al latín aprendido en el liceo. En octubre, cuando llegaron las primeras noticias de la creación de las Brigadas Internacionales que promovía la Tercera Internacional[2], mis compañeros y yo estábamos dispuestos a alistarnos en ellas. Mi plan era ir a España y, una vez ganada la guerra (cosa que no dudaba), casarme con mi rubia italiana y estudiar medicina en Salamanca, donde había una reconocida cátedra de medicina. Pero estos ambiciosos planes sufrieron un repentino revés.

    Bienvenida de las Brigadas Internacionales que fueron organizadas por la Comintern, la Internacional Comunista

    En 1937 cursaba octavo de bachillerato con muy pocas perspectivas de aprobarlo y, con veinte años, ya no tenía ganas de seguir empollando otro año. Me libraron de este dilema dos agentes de policía de paisano que me detuvieron en febrero de este año, sacándome de clase y escandalizando al profesor y a mis condiscípulos.

    El palacio de la gran María Teresa es una joya barroca, ningún turista que visite Viena deja de admirar Schoenbrunn. En el sótano del ala derecha, dedicada a Sofía, primera hija de los emperadores Francisco José y Sissi, se ubicaba la comisaría de policía que ya había visitado en detenciones anteriores[3]. Me hallaba en ese mohoso sótano esperando el primer interrogatorio.

    En la celda había un bonito surtido de ladrones, prostitutas, sospechosos de asesinato y de otros crímenes, mafiosos… un interesante surtido de las capas sociales de la ciudad desconocido para mí.

    Entre los detenidos había un simpático ladrón profesional de unos cincuenta años que había pasado más de la mitad de su vida en la cárcel. Me contó que un día conoció a María, consiguiendo cambiar de vida con ella. Los dos se pusieron a trabajar, ahorraron, construyeron su casa, criaron gallinas y conejos, siendo muy felices. Pero no hay dicha que dure. Un día, al regresar del trabajo, se encontró a María en la cama con un vecino. Se fue sin despedirse y aquella misma noche robó en un estanco, le detuvieron y el pobre diablo acabó de nuevo en comisaría a la espera de una sentencia de varios años de cárcel por reincidente. Era un delincuente pero tenía un corazón de oro.

    También había un abogado, un tipo zalamero que amasó una fortuna defraudando a sus clientes; y otro del que desconocíamos el delito, un tipo simpático e inteligente que solía conversar durante horas con nosotros, jóvenes papanatas, enseñándonos ciertas sabidurías que no habíamos aprendido en la escuela.

    Otro de los compañeros de celda fue Franz K, un comunista con el que mantuve una duradera amistad. Cada uno alababa a su novia, poniéndola por las nubes. Franz se convirtió en médico, casándose con la mujer que amaba y murió en su consulta, atendiendo a un paciente.

    Lo que más me incomodó durante mi cautiverio fue el hambre permanente. Para un hambriento el olor más delicioso es el del pan recién hecho. Era increíble cómo me atraía el olor del pan cuando llegaba el camión de la panadería.

    Entre mis compañeros de cárcel no se hablaba el alemán que hablábamos en casa si no una jerga con un vocabulario específico que tuve que aprender, del mismo modo que mi hermano tuvo que aprender el platt de los marineros de Hamburgo. Al mismo tiempo advertí que las emociones y reflexiones de los habitantes de las cárceles son parecidas a las del resto de la gente.

    Se me acusaba de haber distribuido once diarios clandestinos con contenido de alta traición que habían encontrado en casa de un compañero del grupo. Tales impresos eran de su padre, un activista socialista, pero para protegerle el muchacho dijo haberlos recibido de un tal Gert, cuyas señas desconocía. La policía revisó las listas de sospechosos dando conmigo.

    Fui objeto de un proceso penal que acabó en una condena de cinco años de cárcel. A mis veinte años, cinco eran una eternidad; adiós a España, a casarme…

    La sentencia fue una dura sorpresa. Los jueces no dudaron en seguir las instrucciones del gobierno, tal como hacen bajo cualquier régimen, sea burgués o comunista. Se apeló, pero como era de esperar, el recurso fue rechazado. A principios de agosto fui trasladado al presidio de Stein, conocido por albergar criminales peligrosos.

    Billete de 20 Chelines del 1920 y Prisión De Stein en 1875

    Allí llegamos esposados quince condenados políticos, siendo recibidos por el director, un tal señor Kodré, que nos dio un amable discurso prometiéndonos un tratamiento humano, reconociendo nuestro compromiso político y advirtiéndonos que debíamos abstenernos de relacionarnos con los presos comunes. Ese mismo señor Kodré, en los convulsos días del final de la guerra en abril de 1945, abrió las puertas de la cárcel ante la imposibilidad de garantizar la seguridad y la alimentación de los reclusos. A esto siguió la llamada “caza de conejos”, cuando los campesinos de los alrededores mataron a centenares de prisioneros, mayoritariamente rusos, que buscaban refugio. Para colmo, las SS ejecutaron al propio Kodré.

    Por la noche se nos encerraba de dos en dos en las celdas, pudiendo escoger a nuestro compañero. Durante el día circulábamos libremente por el recinto, jugábamos a voleibol y nos dedicábamos a estudiar. Nunca fuimos molestados. Los presos socialistas y comunistas ocuparon el tercer piso, en el segundo estaban los nazis y entre ambos no había contacto alguno. Como compañero de celda escogí a un comunista tirolés con el que simpatizaba pero en la estrechez de la celda, con un cubo para hacer nuestras necesidades situado en el centro, la imposibilidad de aislarse y la carencia de intimidad en pocos días convirtieron la amistad en un odio incontenible, de manera que debimos separarnos. Hace poco leí el relato de un ajusticiado por los nazis en 1941 por actividades antifascistas. Lo escribía este compañero, Rudolf Badstoeber. Investigué en busca de más detalles de este valiente luchador pero después de sesenta años su rastro ha desaparecido.

    El mismo día de mi detención, el 8 de febrero de 1937, Málaga cayó en manos de la división italiana Littorio y, tres días después, comenzaron los sangrientos combates del Jarama; un mes más tarde los italianos eran derrotados en Guadalajara, de momento Madrid estaba salvada. Desde diciembre de 1936 mi hermano estaba entre los defensores de Madrid y, en aquel momento, se recuperaba de una herida en un hospital de Benicasim. El 26 de abril los aviones alemanes destruyeron Guernica. Se podía prever lo que sucedería en la próxima guerra. Mientras mis compañeros se batían en los frentes de España yo estaba de brazos cruzados en la cárcel.

    Aquel otoño Austria vivía un engañoso respiro de paz. Desconocíamos que el día 5 de noviembre de 1937 Hitler exponía ante sus generales, en un monólogo de varias horas, las líneas básicas de sus planes de expansión cuyo primer paso sería la ocupación de Austria.

    El nuevo año empezó con violentos ataques desde Berlín. El canciller austríaco, Schuschnigg, imploraba ayuda a las potencias occidentales sin recibir respuesta alguna.


    [1] POUM: Partido Obrero de Unificación Marxista fundado en 1935, de orientación anti estalinista. En realidad, Radio Barcelona, igual que Ràdio Associació de Catalunya, quedó bajo el paraguas del Comisariado de Radiodifusión creado por la Generalitat de Catalunya al estallar la guerra.

    [2] Tercera Internacional: organización comunista fundada en 1919 que agrupaba a los partidos comunistas de distintos países

    [3] Hoffmann se convirtió en un habitual de Liesl, la prisión de Elisabeth-Promenade en Viena donde fue encarcelado en cuatro ocasiones: la primera vez fue arrestado por error al ser confundido con un militante nazi; la segunda vez pasó tres semanas entre rejas; la tercera vez fue encarcelado durante cinco semanas junto a su amigo Ferdinand Hackl por llevar a cabo acciones de propaganda. Sin embargo, los cargos se tornaron más serios el 8 de Febrero de 1937, cuando fue condenado a cinco años de cárcel por alta traición tras ser sorprendido distribuyendo diarios clandestinos de contenido revolucionario que invitaban a derrocar al gobierno fascista.

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    UN LARGO VIAJE A TRAVÉS DEL REVUELTO SIGLO XX, del Brigadista Internacional Austríaco Gerhard Hoffmann. – 4. APRENDO LATÍN Y OTRAS COSAS

    En Viena el autor ingresa en un colegio jesuita, donde recibe una educación tradicional y se interesa por la historia. En un periodo de crisis económica, comienza a participar en los movimientos comunistas del país y vive el ascenso del fascismo. Menciona a su hermano que estuvo en la Marina.

    En vísperas de mi décimo cumpleaños, el 20 de mayo de 1927, Charles Lindbergh cruzó el Atlántico, señalando la consolidación del mundo occidental tras las convulsiones de la Gran Guerra y abriendo paso al formidable fenómeno de la apertura de los cielos.

    En 1927 la Unión Soviética apenas contaba diez años de existencia y estaba aislada en un mundo hostil, fracasado el sueño de la Revolución Mundial. Unos pretendían que los rusos vivían felices mientras otros afirmaban que allí reinaba la miseria. Trotsky era eliminado y se anunciaba el primer plan quinquenal. El mundo se dividía entre adoradores y detractores de Stalin. La propaganda soviética, en vez de admitir las difíciles condiciones del país explicándolas como consecuencia de la larga guerra civil, afirmaba en su torpe propaganda que los ciudadanos eran felices en la sociedad socialista creada.

    Colegio años 20

    Inicié una nueva etapa, el liceo clásico. Era un instituto al viejo estilo en el que había que obedecer ciegamente a los profesores. Cuarenta años después mis hijas asistieron a la misma escuela y afortunadamente habían desaparecido tales rasgos. En mis tiempos, durante el recreo se solía pasear por el parque vecino bajo la severa vigilancia de los profesores y ¡Ay del que se apartase del camino! Yo era un año menor que el resto de la clase cosa que me colocaba en desventaja desde el principio; hasta los catorce años me encontraba entre los tres alumnos más pequeños y débiles. Fallaba en varias materias, sobre todo en latín, de manera que tuve que repetir varias veces, cosa que a fin de cuentas me permitió conocer bastante bien esta lengua. El esfuerzo valió la pena ya que me facilitó aprender italiano, español y francés.

    En 1929 seguía los estudios con poquísimo entusiasmo cuando al despertar encontré la cama de mi hermano vacía. No cabía duda ¡Wolfgang se había escapado! Lejos de entender los motivos de tal decisión le envidiaba por ello y deseaba imitarle. A ambos nos animaba el ansia de salir del confortable hogar de nuestra burguesa familia para entrar en el áspero mundo de las aventuras arriesgadas. Nuestra madre no comprendía estos anhelos, nos amaba con un cariño sin parangón, dispuesta a cualquier sacrificio. Pasaba horas mirando la carretera por la que Wolfgang debería volver si, tal como ella esperaba, las adversidades le obligaban a ello.

    Pero Wolfgang no volvió. En una breve carta que escribió desde Leipzig daba una lacónica explicación y pedía ayuda. Explicaba que intentaba hacerse marinero. Papá le proporcionó el contacto con una pequeña compañía de navegación austríaca radicada en el puerto de Hamburgo. En mayo de 1920 Wolfgang viajaba en el velero motorizado Steiermark surcando las aguas del Báltico, iniciando así su carrera de marinero. Sus primeras experiencias en aquel minúsculo barco mercantil a lo largo del litoral noruego debieron ser muy duras. Tuvo que soportar un trabajo al que no estaba acostumbrado, las guardias nocturnas, el mal de mar, la lengua que hablaban (se trataba del platt, parecido al holandés), las rudas costumbres y las burlas de sus compañeros.

    Pero Wolfgang superó todas las contrariedades y en sus cartas describía las bellezas de los fiordos noruegos, el sol de medianoche y su vida diaria en el barco. A los tres meses estaba perfectamente aclimatado.

    En octubre de 1929 sobrevino el Crac de la Bolsa de Nueva York y el mundo no tardó mucho en sufrir sus consecuencias. Los que habían perdido súbitamente el trabajo ya no consumían y la marina mercante no tenía mercancía que trasportar. Si no hay quien compre ¿qué productos se van a transportar? Es un círculo vicioso.

    Crisis años 20

    A principio de 1930 los puertos alemanes se habían convertido en cementerios navales y los marineros aguardaban desesperados a que zarpase algún barco. A Wolfgang la crisis le pilló en Danzig. Pasó los meses siguientes entre miles de marineros en busca de empleo sin que mejorase la situación. Allí se originaron sus primeros contactos con el sindicato comunista R.G.O. (Revolutionäre Gewerkschafts-Oposition).

    En vistas del aspecto desastroso de Alemania en el momento álgido de la crisis, Wolfgang decidió volver a Viena. Pero en su ciudad natal las cosas eran igual de desesperadas, la crisis llevó a los trabajadores a situaciones absurdas: las calles se llenaron de mendigos, las cárceles de ladrones y estafadores, formándose largas colas en la puerta de los conventos donde repartían sopa caliente.

    A Wolfgang le resultaba fácil explicar esta situación de escasez en un mundo en el que reinaba la abundancia. La culpa era del capitalismo y la solución propuesta por los comunistas era la revolución y la socialización de la producción. Es lo que habían hecho en Rusia, el primer país socialista; una sociedad sin explotación de los que contribuyen al bien común con su trabajo. El análisis era sencillo y la solución lógica.

    En marzo de 1932 las estadísticas indican que en Austria había un millón de parados de una población de seis millones. En Inglaterra eran veinte y en Alemania doce millones. En toda Europa los jóvenes, victimas desesperadas de este inhumano y absurdo sistema, anhelaban el gran cambio, fuese cual fuese.

    En otoño de 1931 asistí a una célula comunista[1] con mi hermano. Con apenas catorce años no comprendía nada. Sin embargo, en casa discutíamos con nuestro padre, resuelto partidario de Otto Bauer, que defendía una posición izquierdista como hizo Largo Caballero en España. Para nosotros sólo había dos alternativas: la Revolución que acabaría de una vez por todas con las adversidades de nuestra sociedad o las reformas que predicaban los socialdemócratas y mi padre, que equivalían a capitular frente al capitalismo.

    A mediados de 1932 establecí mi primer contacto con la Juventud Comunista[2]. Se reunieron quince personas en un sombrío sótano, jóvenes de claras convicciones. Cada uno de ellos merece su propia biografía. Recuerdo a un dotado orador, apodado “Gitano” por su aspecto algo moreno que, más tarde, fue soldado de la Wehrmacht y perdió un brazo en el frente ruso, absteniéndose de cualquier actividad política después de la guerra. Otro era rubio, de cuerpo hercúleo, el prototipo germano, resuelto luchador antinazi que murió víctima de ellos. A una de esas compañeras de sótano, hija de un abogado, volví a verla cincuenta años después; era una vieja seca que se negó a admitir que alguna vez hubiese simpatizado con los comunistas y haber estado en brazos del rubio. También había uno al que, sin desprecio alguno, apodábamos “Judío” por su fisonomía; procedía de aquellas Baumgarten Baracken anteriormente citadas y fuimos amigos hasta bien pasada la guerra.

    El colegio me resultaba cada vez más molesto ¿qué me importaban a mí la biografía de Cicerón o las odas de Virgilio que me exigían aprenderme de memoria? ¡Y las fútiles fórmulas matemáticas, la mineralogía y la química? Hoy acepto los conceptos de saber universal y de educación humanista pero a los dieciséis años me parecían absurdos. Sin embargo había una materia que me fascinaba, la historia. El profesor era un dotado pedagogo pero los alumnos no le prestaban atención y tuve que disciplinar a la clase para poder escucharle.

    Pasábamos los fines de semana en las lindas vegas del Danubio, reunidos alrededor del fuego, cantando nuestras canciones revolucionarias y desafiando a la policía. O recorríamos el bosque de Viena acompañados por las mandolinas ¡Qué fácil es motivar a un muchacho de dieciséis años! De esos encuentros juveniles nacieron estrechas amistades que perdurarían en las prisiones, la guerra y los campos. Eran los compañeros que sólo cuatro años después volverían a encontrarse en la batalla del Ebro.

    El 11 de enero de 1934 pasé  mi primera noche en prisión. Lo recuerdo porque era el cumpleaños de mi madre. Esa noche los nazis hicieron explotar sus bombas en lugares públicos y me apresaron por error, pasando la noche en la comisaría ubicada en el sótano del palacio de Schoenbrunn, que con toda seguridad la emperatriz María Teresa no había destinado a tan lúgubre uso. Me soltaron a la mañana siguiente. Pasé varias veces por tan terrible lugar durante los años siguientes, al ser atrapado por la policía por mis actividades conspirativas.

    En aquel momento mi hermano también estaba en prisión por su participación en una manifestación contra el hambre en Nochebuena, organizada por el Partido en un mercado y en la que rompió un cristal al arrojar una piedra envuelta en papel de regalo y soltó algunos de los gansos que allí se exhibían. Una disparatada locura con la vana esperanza de llamar la atención. Ceo que Wolfgang participó en ella más por disciplina que por convicción.

    Militarismo y ascenso del Fascismo

    En la vecina Alemania había acabado el primero de los mil años del “Imperio” de Adolf Hitler, llamado por el presidente de la República, el viejo Hindenburg, para gobernar el país en plena legalidad constitucional. En Austria el ascenso al poder de Hitler suscitó muy poco entusiasmo; por aquel entonces ya reinaba en el país su variante alpina, el dictador fascista Engelbert Dollfuss y se avecinaba el gran enfrentamiento entre el gobierno y las organizaciones obreras.

    La mañana del 12 de febrero de 1934 se apagaron las luces de la ciudad; la huelga de la central eléctrica era la señal convenida por las formaciones paramilitares del partido socialdemócrata. Los jóvenes comunistas de  nuestro grupo nos reunimos presentándonos en el punto de encuentro del Schutzbund[3] más cercano, dispuestos a defender la legalidad democrática contra Dollfuss. Nos aceptaron asignándonos un puesto de guardia en un cruce. Nos entregaron un fusil sin enseñarnos a manejarlo y allí quedamos, resueltos a cumplir nuestra misión. Pasó una hora sin que nada se moviese, media hora más tarde fuimos al mando a ver qué pasaba y resultó que ¡se habían ido a casa sin avisarnos! De haber pasado una patrulla de policía encontrarnos con el arma en la mano hubiese sido motivo suficiente para abatirnos en el acto.

    Las luchas acabaron a los tres días con la derrota de los nuestros, dejando más de noventa muertos en las calles y una docena de ajusticiados. Eran jornadas de lucha desesperada, de heroísmo y entrega a la causa pero también de incapacidad y pura traición. Entre los dirigentes socialistas hubo pocas excepciones, pagándolo con sus vidas, como el líder del partido en Estiria, Koloman Wallisch, y el vienés Karl Muenichreiter, que fueron ahorcados por los fascistas vencedores. La mayoría de los funcionarios se entregaron a las autoridades o huyeron a Checoeslovaquia. Los que lucharon en las calles de Viena, Linz y otros focos de resistencia, iniciaron una larga y trágica odisea que les llevó a la Unión Soviética en 1934, a España en 1937 y, al ser nuevamente derrotados, a los campos de Francia, para terminar el calvario en el campo nazi de Dachau hasta su liberación en abril de 1945.


    [1] Reunión del Partido Comunista Austriaco (KPÖ)

    [2] Juventudes Comunistas Austríacas (KJV)

    [3] Organización paramilitar controlada por el Partido Socialdemócrata austríaco

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    11-S, el día de la memoria histórica que radiografía el mundo

    Sissi, Mahatma Gandhi, Palestina, telemática, holocausto, golpes de estado, Chile, Salvador Allende,  Catalunya, Vietnam, guerra fría, URSS, Suráfrica, Etiopía, Israel, Torres Gemelas, Estados Unidos, Enkutatash, Día del Maestro…

     … Son las palabras claves que se relacionan con la fecha del 11 de setiembre, entre otras muchas efemérides. Nos dan una fotografía de las causas de la situación de mundo actual. Se podría declarar el día internacional de la memoria histórica.

    Las principales conmemoraciones:

    2001, ataque terrorista a EEUU
    1. Estados Unidos: Conmemoriación sobre la memoria histórica de los atentados del 2001.
    2. 1973, Pinochet derroca con sangre Salvador Allende

      Chile: fue conmemorado por más de 25 años después del golpe militar efectuado el 11 de septiembre en 1973, entre los años 1981 hasta 1998 el Día de la Liberación Nacional, esta fecha estuvo marcada por protestas en contra de la dictadura militar y, tras su término, como fecha para recordar las violaciones a los derechos humanos cometidas entre 1973 y 1990. En 1998, como un gesto de avance en el proceso de transición democrática, el entonces senador Pinochet promovió un acuerdo político para la derogación de este día, reemplazándolo por el Día de la Unidad Nacional.

    3. 2013, Vía Catalana mobilitza tot un territori

      Cataluña, España: Díada de Catalunya. Se celebran fiestas y actos institucionales. 1977 supuso el inicio de la celebración con una manifestación de 1 millón de personas en Sant Boi de Llobregat, dónde se encuentra enterrado de Rafael de Casanova. Y en 2013 se celebró la Vía Catalana que cruzó el territorio catalán con un gran respaldo institucional y social.

    4. Etiopía: se celebra el Enkutatash, el año nuevo etíope.
      Enkutatash, el año nuevo etíope
    5. Argentina: Día del Maestro, conmemorando de esta manera también al maestro y presidente argentino Domingo Sarmiento.

    Cronología de efemérides relacionadas con el 11-S 

    1906, Mahatma Ghandi abraza la No Violencia

    1940, George Stibitz realiza 1ª conexión telemática

    1943, exterminio nazi de los ghettos judíos
    1989 a 1991, cae la URSS: Hungría abre fronteras, y se deja Cuba
    Palestina: 1978, Camp David; 1982, Shabra y Shatila; 2005, Israel abandona Gaza
    1898
    Isabel de Wittelsbach (llamada
    Sissi), emperatriz de Austria-Hungría, es apuñalada por el anarquista
    italiano Luigi Lucheni, en Ginebra.
    1906
    Mahatma Gandhi inicia su
    Movimiento de No Violencia
    1922
    empieza el Mandato Británico
    de Palestina.
    1939
    en Francia desembarcan las
    primeras tropas británicas (Segunda Guerra Mundial).
    1940
    Telemática: George Stibitz, hace la
    primera operación remota desde un teléfono hacia una computadora.
    1941
    el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt ordena a la
    Armada que dispare contra cualquier buque alemán en aguas entre la costa
    oriental de Estados Unidos e Islandia (en la Segunda Guerra Mundial).
    1943
    en Minsk y Lida, los nazis comienzan el exterminio del ghetto judío.
    1944
    las primeras tropas aliadas del ejército de Estados Unidos cruzan la
    frontera oeste de la Alemania nazi (Segunda Guerra Mundial).
    1944
    la RAFbombardea la ciudad de
    Darmstadt matando a 11.500 civiles.
    1965
    a Vietnam llega la Primera División de Caballería estadounidense.
    1972
    en Múnich se clausura la XX Olimpiada.
    1973
    en Chile, el general Augusto Pinochet perpetra un golpe de Estado y
    derroca al Gobierno democrático del presidente Salvador Allende y da inicio a
    un gobierno de dictadura militar que duraría diecisiete años.
    1977
    en la ciudad de Puerto Elizabeth (Sudáfrica), el activista negro
    antiapartheid Steve Biko (30), en coma por una hemorragia cerebral tras ser
    torturado (y posiblemente golpeado con un palo en la cabeza) durante 22 horas
    de interrogatorio, es innecesariamente trasladado (esposado y desnudo) para
    ser atendido en Pretoria (1100 km), donde fallecerá al día siguiente debido a
    las malas condiciones del viaje.
    1977
    un millón de personas se manifiestan en la ciudad de Barcelona para
    pedir el retorno de las instituciones de autogobierno, con ocasión de la
    Diada, fiesta nacional de Cataluña.
    1978
    Jimmy Carter (presidente de Estados Unidos), Saddat (presidente de
    Egipto), y Begin (primer ministro de Israel) se encuentran en Camp David y
    acuerdan un marco para la paz entre Israel y Egipto y una paz extensa en
    Oriente Medio.
    1980
    en Chile se aprueba en referéndum la nueva constitución que confirma
    a Augusto Pinochet como presidente de Chile.
    1982
    las fuerzas internacionales que estaban garantizando la seguridad de
    los refugiados palestinos, abandonan Líbano tras la invasión por parte de
    Israel. Cinco días después, varios miles de refugiados son masacrados en los
    campos de refugiados de masacre de Sabra y Chatila por falangistas cristianos
    maronitas.
    1989
    el telón de acero se abre entre la Hungría comunista y Austria. Desde
    Hungría, miles de alemanes del Este salen en tropel hacia Austria y Alemania
    Occidental.
    1991
    la Unión Soviética decide retirar sus tropas de Cuba, calculadas en
    11 000 hombres.
    1997
    Escocia vota para restablecer su propio Parlamento, después de 290
    años de unión con Inglaterra en el 700° aniversario de la Batalla de Stirling
    Bridge, por la influencia de la película Braveheart del actor y director
    estadounidense Mel Gibson.
    2001
    la Asamblea de la OEA aprueba la Carta Democrática Interamericana.
    2001
    en Estados Unidos suceden atentados en las Torres Gemelas (en Nueva
    York), a El Pentágono (en Washington) y a un avión (en Shanksville,
    Pensilvania).
    2005
    el Estado de Israel declara oficialmente su intención de dejar el
    disputado territorio de la Franja de Gaza después de 38 años de ocupación.
    2012
    en las calles de Barcelona (España) se reúnen unas 600.000 personas,
    según la Delegación del Gobierno, y una cadena humana cruza todo el
    territorio catalán en la manifestación “Catalunya, nou estat
    d’Europa”, con motivo del Día de Cataluña.