El día que capturaron el “Che Guevara” en Bolivia, el 8 de octubre del 1967, nace, por la providencia de un profiláctico en mal estado, un particular en Sant Boi de Llobregat, capital de la salud mental reconocida internacionalmente por disponer de la “Ciudad” más grande para éstos tratamientos.
En pleno apoteosis desarrollista (y descontrolado) del franquismo, los padres, de origen andaluz, acabaron de asentarse en un barrio de cuyo nombre sí quiero recordar: Ciudad Cooperativa. Adquirieron un piso de unos 45 metros cuadrados por unas 170.000 pesetas gracias a algo ahorrado y a un préstamo avalado por la Caja de Ahorros de Cataluña y Baleares, hoy “la Caixa” (CaixaBank). Entonces éstas entidades tenían una vocación social clara. 
El señor padre era trabajador de la famosa empresa de sanitarios ROCA, no tenía formación alguna, y era analfabeto funcional (aprendió a leer muy rudimentariamente en el ejército). Su vida era una entrega exclusiva a hacer horas de trabajo: cuando llegaba a casa su (posesivo) señora mujer debía tenerlo todo dispuesto para su comida, su descanso y sus enseres del trabajo. Además ella debía encargarse del cuidado de hijos (tuvieron hasta cuatro), una abuela demente, y sus aficiones (pájaros y otros animales que había que cambiar la comida, limpiar, etc.). Es decir “un modelo de familia numerosa”… de las de entonces, claro.

La educación: de la separación por género a la desorientación contemporánea

El susodicho “protagonista” de ésta memoria anónima conoció una infancia muy bien asistida por su vecindario de escalera: de crío fue “adoptado” literalmente por las “mestresses” (amas de casa en catalán) de su misma escalera de viviendas. En ella vivían doce famílias, dos de marcado acento nativo, y el resto de emigrantes del sur de la península. La covivencia y la solidaridad era un hecho que ni siquiera se discutía, la diferencia era bien querida por todos y el origen de cada cual era lo de menos.
A los cinco años, sobre el 1972, empezó a ir a “párvulos”: el colegio para niñ@s menores de seis años. En el barrio sólo había un colegio público y allí podían llegar a hacinarse hasta más de cuarenta niñ@s por clase. Si alguna anécdota de entonces sale al recuerdo es que en el tiempo de recreo, durante la vuelta a clase, a los colegiales se les hacía “formar militarmente” a golpe de silbato. En ese intermedio la jauría infantil era una muestra de una generación que pertenecía al llamado “baby boom” premiado y potenciado por el régimen.
Hasta el 1975 se especuló regularmente con el final de Franco. En los primeros cursos nuestro infante midió la escuela franquista con sus mejores galones pedagógicos: los niños y las niñas estaban separados, a la entrada a clase se rezaba y se revisaba las manos y el no comer chicle, y se probó el castigo y el palo (que un maestro los bautizaba como “la cariñosa” o “la poderosa”).
Cuando el Caudillo murió fue de obligado cumplimento el colgar en todas las paredes unos pósters de color sepia enormes en su honor, y otros a la vez sobre el nuevo Rey como bienvenida. La escuela iba a experimentar y gozar de unos años de progreso y demandas continuas durante los años siguientes: más escuelas, mixtas, más institutos, más maestros…
Muchas amistades de ésta generación acabaron enseñanzas de cultura media o profesional. Socialmente se la llegó a conocer como “generación COU”: llegaban a estar en institutos tanto tiempo como en casa les pudieran aguantar para irse a trabajar en cuanto tuvieran oportunidad. Por entonces, y nos referimos ya a los primeros años ochenta, la universidad seguía siendo cada vez menos para una minoría.
Después de rematada la transición, la entrada en el mercado común europeo supuso un salto cualitativo con años de macrocrecimiento económico en progresivas legislaturas, salvo el paréntesis de la crisis de principios de los noventa. Al convertirse el estado español oficialmente “rico”, dos factores incidieron de calado en el modelo y  en el día a día de la educación en el país: la immigración masiva, hasta entonces desconocida, y la revolución tecnológica. Tras varias reformas legislativas el modelo educativo en España aún sigue sin tener un norte y ha quemado por el camino ilusiones de maestros y de la sociedad.
La figura que lo describe precisamente pasó por toda esa evolución y acabó siendo profesor por cuenta y riesgo. Al llegar a la Universidad, su etapa de enriquecimiento personal más prolífica, una de las cuestiones más dolorosas vividas fue el ver cómo los nuevos talentos de la primera década del siglo XXI debían emigrar al extranjero para intentar encontrar mejor fortuna.

La religión (y algo de família): del nacionalcatolicismo al ateísmo dubitativo

El Régimen se definía asimismo como “nacional y católico” y se
estructuraba en “Estado, Municipio y Família”. Y claro, treinta y seis
años de dictadura dejan mucho calado. De aquellos poderes concedidos a la Iglesia aún quedan enormes huellas con las que convivimos.
Así en el barrio, Ciudad Cooperativa, había un espléndido pastor, que bien se cuidaba de su comunidad y feligreses. Tal vez por eso se le llamaba “padre Cándido” y con el cuál se comulgaron muchos niños.
La maestra del primer curso de la Enseñanza General Básica (EGB) franquista obligaba a saber el Padre Nuestro y el Ave María. Durante dos años más se tuvo que coexistir con ésta realidad: a los niños se les propiciaba a sacramentarse con la comunión. Quisieras o no te daban la hostia. Las famílias humildes debían presupuestar actos de celebración: “qué bonito que estaba el nene vestido de marinerito”, aunque para diferenciar a nuestro genio se le disfrazó de cazador de safari africano. De todo ello aún colean éstas tradiciones familiares, aunque en menor escala.
La “mestressa” del figura, de la que hablamos anteriormente, igual que muchas de las de su generación, aún van a viajes del IMSERSO
(viajes para señores y señoras juvilados) a Lourdes a buscar milagros,
tienen estampitas de San Pancracio con perejil para que les de fortuna
monetaria y sus habitáculos están floridos de figuras y cuadros religiosos.
A la generación a la que pertenece el homenajeado aquí, la del “baby boom”, le cambiaron radicalmente las estructuras familiares, y la fragmanentación pasó a ser una cotidianidad: escasos o ningún hijo, divorcios, singles como foco de mercado, indiferenciación de género…
La verdad es que hoy día la práctica religiosa es en nuestra vida menos frecuente, es plural, y en algunos casos se ha procedido a hacerse apóstata o un dudoso ateo. Y en el estado español pueden llegar actualmente (2014) a contar más de siete millones de personas viviendo solas, mínimo.

Política, economía de precarización y pobreza, y patria chica

Si en la identidad personal el sentido de pertenencia territorial es
primordial, en el señor del 8 de octubre parece poliédrica. Ciudad
Cooperativa es un barrio que en un principio tuvo su administración.
Para sus miembros el municipio de Sant Boi de Llobregat no era relevante
hasta que se cedieron sus servicios durante los años ochenta.  
Sant Boi de Llobregat es una villa también con un sentido esencial para el catalanismo político.
El año 1975 mientras miraba por el balcón, la madre le avisaba que se
metiera en casa, porque “la gente que inundaba las calles por millares
podrían ser malas”. Era el primer movimiento soberanista catalán que
veía: iban a celebrar el 11 de septiembre como una efeméride marcada por
la derrota de Barcelona ante Felipe V en 1714. Rafael de Casanova, enterrado en Sant Boi, fue quien mandaba las tropas. 
La vida en el barrio, bien rojo por los años de la transición, era bulliciosa. Doce mil personas convivian literalmente en bloques de pisos dormitorio. Durante las primeras elecciones municipales las izquierdas como el PSUC (Partit Socialista – comunista – Unificat de Catalunya) encontraron una gran representación. Recordemos que las amistades de entonces prácticamente aprendieron ajedrez en el local de Partit dels Comunites de Catalunya (partido trostkista) y se les daba una cervecita con olivas por cien pesetas. Allí podías adquirir el primer Manifiesto Comunista que se leía por aquellos tiempos.
Cerrada la transición se empezó a conocer las reformadas institucionales del estado con gobiernos con mayorías absolutas y las nuevas instituciones autonómicas como la catalana con una demanda soberanista constante.
En mente queda cuando, mientras participaba en movimientos sociales, se observó cómo durante los casi veinticuatro años de Pujolismo se practicaron políticas de clientelismo directo en Catalunya y en los ayuntamientos un amiguismo descarado.
También empezamos a conocer la Europa comunitaria haciendo InterRail:
un sistema para poder visitar los países occidentales por tren. La
fortuna permitió que fuéramos testigos de la apertura de los países del
Este e intercambiar las primeras movilizaciones y encuentros sociales
con aquella Europa que para unos era un referente y para otros una
esclavitud comunista. Lo cierto es que de sea bipolarización internacional surgió el apogeo del Estado del Bienestar.
Pero aquí topamos con la dura realidad, con la sensación que casi siempre se ha estado en crisis. La economia liberalizadora ha dado lugar a encontrar una vida laboral precaria desde los mismos años ochenta con contratos basura o la obligación a ser autónomo. El Informe Petras lo describía entonces y la crisis profunda actual lo soslaya. Tal vez uno de los síntomas que más enraizan la realidad es ver cómo ésta misma generación se embarcó en hipotecarse literalmente hasta los muebles. Hoy la sociedad más humilde está pagando esas medicinas que nos hicieron comer.

De ahora en adelante: un mundo pequeño y frenético con menos DDHH, singularidad tecnológica y vida holística

Haremos ahora una mirada realista, pero optimista del futuro: la “felicidad depende de ti”, nos dicen. Quienes tenenemos la fortuna de una vida simplificada, dedicada a disfrutar de lo próximo, a la acción con lo global, y al placer del conocimiento compartido podemos llegar a entender ésta expresión.
Pero vamos a la realidad que rodea al personaje de éste artículo:
TRABAJO PROPIO – Se observa a amistados, hermanos y hermanas que tienen sus famílias y que sufren para poder tener un trabajo digno pues estan descavalgados del mercado laboral o forzados a trabajar por su cuenta. Se prevee que en los años veinte y treinta la mayoría de la población activa se intercambiará servicios y participarán en proyectos comunes como trabajadores independientes.
TECNOLOGIA +INTELIGENTE – Estamos sentados delante de una tablet y no reflexionamos cuando vemos que nuestros sobrinos la manejan mejor que nosotros. En Estados Unidos existe la Universidad de la Singularidad que pronostica que en dos o tres décadas más la inteligencia y el conocimiento artificial superará a la de la mente humana.
COSMOLOGIA SALUDABLE – Miras la información internacional, sea por Internet u otros medios clásicos, y vuelves a observar como se pisotean derechos elementales con conflictos armados sangrantes y millones de desplazados o con peligros de pandemias declaradas periódicamente. Y por otro lado crece, y se recupera, el conocimiento compartido en las redes de la salud preventiva y terapias naturales antes de caer en manos de la mecánica farmacólogica o de cirugía actual, y nos podemos desplazar con relativa asequibilidad por el mundo.


… hoy 8 de octubre del 2014, el mundo (occidental) se nos presenta así… y viene del descrito antes. Somos lo que hemos hecho, y la memoria hace nuestra identidad y proyecta nuestras ilusiones. No dejemos de rescatar nuestra memoria.