Artículo curado del presentado en  Dinero en 30-9-15 y escrito por Xavier Ferràs

Cuatro
grandes fuerzas disruptivas globales convergen, realimentándose entre ellas,
generando una ola de cambio jamás vista antes:
las megaciudades, el envejecimiento, la interconexión total  y el cambio tecnológico. 



El Mckinsey Global Institute ha publicado
el libro No ordinary disruption: The
four global forces breaking all the trends
, una reflexión obligada sobre la
dirección de la historia en años los años venideros. ¿Hacia dónde va el mundo
global? A menudo perdemos la perspectiva del nivel de cambio de paradigma
económico y social que estamos sufriendo.
Se está reescribiendo el sistema operativo
de la economía mundial. Están ocurriendo transformaciones radicales, de las
que los medios apenas se hacen eco, pero que cambiarán dramáticamente, en los
próximos 25 años, el modo en que vivimos,  producimos, consumimos y nos relacionamos.
El mundo está inmerso en una transición
similar a la de la Revolución
Industrial
, con una velocidad 10
veces superior
, sobre una base de población
300 veces mayor
 y con un impacto 3.000 veces más elevado.
Europa es un continente envejecido, un nuevo
Finisterre en el extremo occidental de un
mundo centrado en Asia
. En él, sólo
Alemania
se prepara para la competición global. No sólo controlando
déficit públicos, también invirtiendo estratégicamente en investigación, innovación y educación,
los vectores clave
del futuro. Un nuevo orden económico, cultural y
tecnológico está surgiendo. Y, si algo está claro, es que deberemos empezar a
pensar global y exponencialmente.
LA PRIMERA FUERZA: LAS MEGACIUDADES
Impacto en la demografía urbana. La mitad del crecimiento económico previsto hasta
2025 estará concentrado en unas 400 grandes urbes, especialmente en Asia, Latinoamérica
y África. La gran mayoría  como Chagsha,
Huaihua o Wuhan, absolutamente desconocidas para el occidental medio. Muchas de
ellas, con más de 10 millones de habitantes. Inmensos ecosistemas urbanos e
innovadores, donde cada año 65 millones de campesinos se convierten instantáneamente
en ciudadanos globales (el equivalente a la población del Reino Unido, anuales).
Impacto económico. En dos décadas, 3.000 millones de nuevos
consumidores emergerán de los países en desarrollo. Soportar este ritmo de urbanización
tendrá un impacto dramático en la demanda de materias primas. Políticas  económicas  ortodoxas limitarán la disponibilidad de
recursos financieros, comportarán un freno en el desarrollo, y generarán
oleadas de desempleados. Políticas heterodoxas, de inyección artificial de liquidez,
darán pie a nuevas burbujas financieras e inmobiliarias.
LA SEGUNDA FUERZA: EL ENVEJECIMIENTO GLOBAL
(excepto en África)
Si hace 30 años sólo una ínfima
parte de la Humanidad vivía en zonas con tasas de reposición negativa, hoy el 60% de la población mundial se encuentra
ya en zonas de decrecimiento demográfico. En los próximos años, en todo el
mundo (excepto en África) la población se estabilizará e incluso decrecerá.
Japón y Rusia son ya sociedades extremadamente ancianas.
De seguir la tendencia actual,
hacia 2050 Europa tendría el doble
de jubilados que de niños, y la fuerza de trabajo disponible en Alemania habrá disminuido en un 35%.
Y el déficit demográfico se
expandirá a China, India y Latinoamérica
a medida que esas sociedades entren en el juego económico global y accedan a
educación y sanidad.
LA TERCERA FUERZA: LA INTERCONEXIÓN TOTAL
Si durante cinco siglos los principales flujos comerciales han transcurrido
por grandes autopistas marítimas o terrestres entre Europa y América, el sistema
comercial global se expande a Asia y
penetra velozmente en África. El
comercio entre China y África se ha multiplicado por 30.
Y, si hace 20 años el prototipo de bien sujeto al comercio
internacional era una camiseta de 3 dólares, hoy es una pastilla farmacéutica
de 30 centavos, un e-book de 10 dólares, o un iPhone de 300. Las masas de
capitales, a su vez, viajan a la velocidad de la luz por internet,
relocalizándose instantáneamente en las zonas más dinámicas y en los proyectos
de mayor rentabilidad.
LA CUARTA FUERZA: EL CAMBIO  TECNOLÓGICO
50.000 millones de dispositivos (objetos) se conectarán a internet. Todo
estará sensorizado. Para saber cuántas cervezas tiene en su nevera, o dónde
están las llaves del coche sólo tendrá que preguntarlo a Google.
Tecnologías disruptivas en tratamiento de datos, manufuctura avanzada,
nuevos materiales, o genómica (el nuevo software) están llegando, a través de
una avalancha de start-ups que
generarán modelos de negocio ahora inimaginables y solventarán gran parte de
las nuevas necesidades creadas.
El centro de gravedad económico del mundo se desplaza velozmente hacia
el Mar de la China, (eje Singapur – Hong
Kong – Shanghái
), el vibrante epicentro de la dinámica comercial y tecnológica
internacional.
Referencias:
No ordinary
disruption: The four global forces breaking all the trends –
Mckinsey Global Institute

XAVlER FERRÀS – Decano Facultad de Empresa y
Comunicación Universitat de Vic